Nicolás,
un alumno de 8 años, con TEL (Trastorno Específico del Lenguaje) Mixto de
predominio expresivo, asistió a una escuela de Lenguaje de los 5 a los 6 años.
Cursa segundo básico en una escuela municipal de la comuna de Recoleta.
El alumno presenta dificultades en el procesamiento de la información auditiva
verbal, en memoria verbal secuencial y en estructuración de oraciones
complejas. Su vocabulario es restringido en relación con su edad y grupo de
pares. Manifiesta deficiencias en la coherencia y cohesión de su discurso, es
decir, falta variedad léxica, uso de conectores y mantención del tópico.
Mantiene
su atención y concentración en las actividades propuestas. Está consciente de
los problemas que presenta en el área de lenguaje, lo que interfiere en su
participación en actividades que requieren respuestas verbales o exposiciones
frente al curso, a pesar de lo cual, manifiesta motivación hacia el
aprendizaje.
Su
rendimiento es regular. Presenta una lectura silábica y una comprensión literal
de textos simples. Este caso no es un hecho aislado y se repite con frecuencia
en la sala de clases. Lo importante es que el profesor sepa cómo trabajar con
un niño como Nicolás, para que no quede atrás en relación con sus
compañeros.
CÓMO ENFRENTAR ESTA REALIDAD
En
primer lugar, hay que recordar que el TEL consiste en un retraso en
la adquisición del lenguaje bastante notorio, de por lo menos uno o dos años
respecto de la edad cronológica del alumno. Esto se traduce en problemas
expresivos (a esto se llama TEL Expresivo) que consisten, por ejemplo, en
dificultad para articular los fonemas de una palabra. Y también pueden
coexistir problemas de tipo comprensivo y expresivo (TEL Mixto), en que el
alumno no sólo tiene dificultades para pronunciar en forma correcta, sino para
comprender aquello que está leyendo o escuchando.
Pero, en segundo lugar, hay que saber cómo trabajar con un niño de estas
características en la sala de clases. “Los TEL son de diverso
grado y ejercen un impacto importante durante la educación
inicial –explica Amanda Céspedes, neuropsiquiatra infantil de la Universidad
de Chile-. La relación más directa es con el aprendizaje de la
lectura y suele relacionarse con dificultades para adquirir la
conciencia fonológica. Por lo tanto, es de rigor aplicar adecuaciones
curriculares, en especial modificar el ritmo de exigencias en lectura y
escritura”.
Geraldine
Gibson, educadora diferencial que trabaja en el proyecto de integración de
la Escuela Principado de Asturias, en Puente Alto, sostiene que en un caso
como el de Nicolás, que tiene TEL Mixto, es necesario que la profesora de
aula haga una adecuación curricular en lo metodológico. Pero aclara que esta
adecuación no tiene por qué ser significativa, es decir, no tiene por qué
consistir en una modificación de objetivos o contenidos.
Sin
embargo, hay que tener presente que, tal como explica Amanda Céspedes, “suele
ocurrir que un niño con TEL en primero básico
deba trabajar con material de apresto para la lectoescritura
(material que se usa en kínder y que inicia al niño en el
reconocimiento de fonemas, en la asociación fonema-grafema y en los primeros
trazos de la escritura u orientación de las letras), o que un alumno
de segundo básico que recién está decodificando, deba trabajar con
material de primero. Lo mismo ocurre en Matemáticas, ya que
los chicos con TEL suelen acceder tardíamente al
pensamiento lógico simbólico”.
ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS
Al
preguntarle a Geraldine Gibson qué actividades podría incluir la
profesora de Nicolás –que está en segundo básico- en la adecuación
curricular de este alumno, ella explica que, en primer lugar, “el currículum
del curso tiene que ser flexible y diversificado. ¿Qué significa diversificado?
Que hago un currículum tan rico en experiencias de aprendizaje que todos
aprenden, no importa si un niño presenta o no TEL. Ahora, en segundo lugar, los
niños con TEL requieren metodologías no muy distintas al resto de los alumnos,
pero hay una intención de trabajar todos los niveles linguísticos del
lenguaje y este foco debe estar presente en cualquier adecuación curricular”.
Verónica
Pesse, fonoaudióloga, y Geraldine Gibson, coinciden en que en
cualquier adecuación curricular hay que poner énfasis en actividades que
desarrollen el lenguaje expresivo, en sus tres niveles: fonético-fonológico
(praxias, discriminación auditiva de fonemas), morfosintáctico (por ejemplo, la
construcción gramatical de las oraciones) y el nivel semántico (aquí se debe
estimular el correcto uso de las palabras y la extensión de vocabulario).
Además,
es necesario incorporar actividades que desarrollen el lenguaje comprensivo en
sus tres niveles: fonológico (memoria, asociación y discriminación auditiva),
morfosintáctico (comprensión de absurdos, completación de oraciones) y
semántico (estimular el conocimiento de palabras y temas, desarrollo de
vocabulario pasivo).
“La idea es incorporar los niveles linguísticos al trabajo de los subsectores
de aprendizaje, es decir, que sean dominio no sólo de la profesora
especialista, sino de los profesores que están en el aula para que puedan ir
trabajando intencionalmente, con el contenido -cualquiera sea, de cualquier
subsector- las habilidades del pensamiento y las habilidades psicolinguísticas
–explicaGeraldine-. Eso para mí es central, porque eso no es receta, eso tiene
que ver con el manejo teórico-técnico de lo que yo requiero para trabajar en el
alumno”.
Por
ejemplo, en una clase de Comprensión del Medio en segundo básico, al estudiar
los animales y su clasificación, en el libro se presenta una gran variedad de
animales y los niños deben escribir los nombres de éstos en los recuadros que
ya están divididos en acuáticos, terrestres y aéreos. Como adecuación de la
metodología, previo a esto se pueden realizar variados juegos lingüísticos:
- ·
La
profesora o un niño dice los fonemas del nombre de un animal y los niños adivinan
de qué animal se trata (aquí se trabaja el nivel fonológico); pueden separar
los nombres de los animales en sílabas.
- ·
Forman
oraciones a partir de un animal dado y cambian el orden de las palabras dentro
de la oración formulada (nivel morfosintáctico).
- ·
Caracterizan,
describen a los animales y le buscan un atributo (adjetivo). Por ejemplo, el
león es valiente y el tigre feroz (nivel semántico). Además, se establecen
semejanzas y diferencias entre pares de animales.
Estas
actividades no sólo benefician a Nicolás, sino a todo el grupo curso. Otra
sugerencia metodológica que podría desarrollar la profesora de este alumno en
clase es trabajar el discurso narrativo. La profesora cuenta un cuento o
los alumnos leen un cuento y ella dice a uno de ellos: "Ahora, cuéntamelo
tú”. Esto tiene que hacerlo inmediatamente, para que no haya un problema de
memoria, y el niño lo relata con sus palabras. Evoca, aquí está la memoria. La
profesora no se fija solamente en los errores fonoarticulatorios, también va a
analizar cómo evoca, si usa el vocabulario adecuado para su edad, cómo
estructura las oraciones, si logra identificar que hay un desarrollo en la
historia donde hay un conflicto y un desenlacé.
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